Sistema Silvopastoril integrado por Eucalipto Grandis con Brachiaria Brizantha. Aquí, recría de vaquillas Brangus.

El concepto de agricultura regenerativa fue definido por primera vez en la década de 1980 por el Instituto Rodale, que lo presentó como una alternativa tanto ambiental como económica a la agricultura tradicional. Desde entonces, este modelo, promovido inicialmente por el australiano Darren Doherty, ha ganado popularidad y se ha difundido globalmente. Este enfoque no se limita a una sola práctica, sino que engloba diversas técnicas que buscan mejorar la salud del suelo, lo que a su vez beneficia a todos los elementos del ecosistema, incluidos cultivos, animales, bosques y personas. Las bases de este modelo provienen de múltiples fuentes diversas. Para lograrlo, se utilizan prácticas agrícolas, ganaderas y forestales que nutren las plantas de manera natural y protegen el suelo de intervenciones que puedan alterar sus procesos biológicos inherentes.

La agricultura regenerativa sostiene que la salud del suelo es fundamental para la sostenibilidad completa de nuestro sistema alimentario. Esta perspectiva abarca desde la calidad nutricional de las plantas y animales hasta la preservación del planeta. Su meta es revitalizar, mejorar y preservar la fertilidad y biodiversidad del suelo, fomentando un terreno rico en vida y materia orgánica, capaz de generar alimentos mediante los recursos naturales disponibles.

Las prácticas que se promueven dentro de este enfoque incluyen la eliminación del arado, que destruye la estructura del suelo; la conservación de una cubierta vegetal permanente para evitar la erosión; la diversificación y aumento de la producción de plantas; y la integración de la agricultura con la ganadería, utilizando animales de pastoreo para fertilizar la tierra y proveerles una dieta saludable. También se busca optimizar el uso del agua y evitar el empleo de maquinaria pesada, fertilizantes, pesticidas y productos químicos que puedan dañar el suelo y generar dependencia de grandes corporaciones agroquímicas.

El enfoque del modelo regenerativo busca combinar agricultura, ganadería y silvicultura en un sistema alimentario sostenible que imite los patrones y procesos naturales, adoptando una visión integral que abarque aspectos ambientales, económicos y sociales. Este modelo pretende producir alimentos de manera que:

  • Ecológicamente regenerativa: fomente prácticas que no solo eviten la degradación del suelo, sino que contribuyan a su regeneración, mejorando así los servicios que los ecosistemas, junto con los animales, plantas y humanos que los habitan, proporcionan.
  • Económicamente rentable: posibilita hacer rentables la explotación de recursos reduciendo drásticamente los costes e incrementando los rendimientos.
  • Socialmente sostenible: permite crear empleo y riqueza local y apuesta por una gestión sostenible y saludable de producir alimentos que pueda estar al alcance de cualquier agricultor

Los cinco pilares fundamentales del sistema productivo sobre los que se puede actuar para desarrollar un modelo regenerativo son:

  1. La diversidad de plantas;
  2. La reincorporación de materiales vegetales al suelo;
  3. Las intervenciones que interfieren con los procesos biológicos naturales del suelo;
  4. El ciclo del carbono y el funcionamiento del suelo; y
  5. El agua como factor determinante de la productividad del sistema.

Las ventajas de la agricultura regenerativa en comparación con la agricultura convencional para abordar la crisis ambiental y climática son varias:

  1. Captura de carbono: La agricultura regenerativa favorece un balance positivo en la conversión de CO2 atmosférico en carbono orgánico del suelo. A diferencia de la agricultura convencional, este modelo permite retirar más CO2 de la atmósfera y almacenarlo en el suelo, evitando la pérdida de carbono y, en cambio, promoviendo su almacenamiento.
  2. Reducción de emisiones: La agricultura regenerativa minimiza la liberación de carbono del suelo, ya que evita su destrucción al no labrar y mantener el suelo cubierto con plantas. Además, al no depender de la fabricación de fertilizantes y pesticidas sintéticos, también reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de combustibles fósiles asociados con maquinaria pesada.
  3. Eliminación de agroquímicos sintéticos: Este enfoque no requiere pesticidas ni fertilizantes sintéticos para obtener cultivos de alto rendimiento. Esto no solo reduce el costo para la salud humana y el medio ambiente, sino que también genera entornos más saludables.
  4. Mayor retención de agua en el suelo: Los suelos tratados bajo métodos regenerativos son más ricos en materia orgánica, lo que mejora su capacidad para retener agua. Esto ayuda a las plantas a resistir mejor las condiciones cambiantes del clima, proporcionando una mayor resiliencia al cambio climático.

En 2017 un grupo de productores agrarios y ganaderos junto a expertos/as en el estudio del suelo, bienestar animal y equidad social, impulsó el certificado orgánico regenerativo en los EEUU.

Cita:

Vrska, I. P. I. (2019). Agricultura regenerativa y el problema de la sustentabilidad: Aportes para una discusión. Textual, (74), 51-85.

CREAF. (s.f.). ¿Qué es la agricultura regenerativa? CREAF Blog. Recuperado de https://blog.creaf.cat/es/noticias/que-es-la-agricultura-regenerativa/

M. Gracia, M.J. Broncano, Y. Retana (2021) Manual para el diseño e implementación de un modelo agroalimentario regenerativo: el sistema Polyfarming. Barcelona (España), CREAF.